Las polillas son animales saprófagos, que en la naturaleza contribuyen a la fracción de la biocenosis que en la cadena trófica cierra el ciclo de los nutrientes, y que en ocasiones se aprovechan de alimentos orgánicos atesorados por los seres humanos, convirtiéndose a veces en plagas.
Se llama polillas en castellano primariamente a diversas mariposas pequeñas y nocturnas cuyas larvas devoran alimentos almacenados o enseres domésticos, tales como ropa y papel. Se encuadran en al menos cuatro familias del orden lepidópteros, los tineidos, los pirálidos, los geléquidos y los tortrícidos, pero también en otras.
Hay tres especies de tineidos que merecen mención específica:
Tineola bisselliella es la polilla común de la ropa, que ataca a los tejidos de lana.
Tinea pellionella es la polilla portaestuche, llamada así por el estuche que fabrican y arrastran sus larvas, parásitas también de la ropa.
Trichophaga tapetzella es la polilla de las alfombras.
Entre los pirálidos hay diversas especies cuyas larvas atacan a granos y forrajes almacenados, además de diversas especies que parasitizan las colmenas, causando daños a las colonias. Merecen citarse:
Galleria mellonella, la polilla de las abejas o de la cera.
Achroia grisella, la polilla menor de las abejas.
De la familia geléquidos:
Phthorimaea operculella, la polilla de la papa, que ataca a diversas solanáceas de importancia económica, sobre todo a la papa, a la que afectan tanto en el campo como en el almacén.
De la familia Tortricidae
Lobesia botrana, polilla de la uva o polilla del racimo.
Cydia pomonella, polilla de la manzana
Además se llama piojos de los libros, y a veces polillas de los libros, en los textos divulgativos, a insectos del orden psocópteros, que a veces invaden las bibliotecas apolillando los volúmenes encuadernados, donde buscan los hongos que crecen sobre la cola.
No hay comentarios:
Publicar un comentario